lunes, 1 de diciembre de 2008

Dibida ieie nii dobadobi dobieini*

Se nos ha ido Mikel Laboa. No volveremos a ver sobre el escenario sus botas de monte, sus vaqueros desgastados y su jersey azulón; no gozaremos de los tres micros dispuestos en distintas partes del tablado donde lo mismo cantaba en portugués, que cantinfleaba o nos llegaba a una serie de preguntas que se cerraban en un lazo sin fin: Where is the pen? The pen is on the table. Where is the table? The table is in the classroom. Where is the classroom? The clasroom is in the pen...

Como siempre que sucede una de estas tengo que ponerme en plan Abuelo Cebolleta. La primera vez que me encontré con Laboa (en sentido figurado y hasta donde mi memoria alcanza) fue unos Reyes cuando tenía no más de 8 años. Fue con ocasión de la reedición en vinilo doble de su album Bat-Hiru que regalamos al aita. Me pareció curioso: alternaba canciones preciosas, con otras graciosas y otras que no alcanzaba a comprender y que andaban a medio camino entre el maullido de un gato al que le han pisado la cola y el chirriar de una puerta desengrasada. Ese era Laboa, un artista con aristas que aprendí a amar y admirar con el tiempo.

Sus detractores le echan en cara infumables canciones experimentales, pero también para ésas existe el momento adecuado. Sus seguidores escuchan sus Lekeitios en dosis pequeñas y se deleitan con los grande temas de siempre, que son muchos más de los que la gente recuerda a primera vista.

Hacer una lista de los himnos que ha dejado Laboa es sencillo a sabiendas de que quedará incompleta: Txoria txori, Herria eta hizkuntza, Sorterriko koblak, Haika mutil, Baga biga higa, ... Melodías populares y propias conjugadas con letras de poetas tan lejanos como Bertol Brecht u otros de casa como Xabier Lete (cuyo Izarren hautsa alzó hasta el Olimpo musical).

Era un artista de fácil imitación dado su peculiar estilo -sin ser una voz bella en el timbre, lo era en su forma y calidez- pero inigualable en la grandeza artística pese a su miedo escénico. En sus conciertos se disfrutaba con cada melodía sabiendo que no iba a ser un recital muy extenso (sobre todo en la última época) y que el cantante no era muy dado a los bises, y eso lo hacía un poco más especial. Era Mikel Laboa.

Por cierto, nieva sobre Mondragón e indefectiblemente recuerdo una de sus canciones que empezaba con Ez nau izutzen negu hurbilak...

Ikusi arte, Mikel

P.S.: Aunque aquí va algún vídeo de muestra con lo poco que se puede salvar de lo que hay en la red, es muy recomendable la visita a http://www.eitb.com/ donde hay bastantes vídeos dedicados a Laboa.

P.S.: *Del final de Sorterriko koblak





martes, 18 de noviembre de 2008

Zorionak, Mickey Mouse!

Hoy, 18 de noviembre es fecha cumpleañera de mucha gente como mi hermano, pero aparte del recuerdo fraterno el personaje más señalado del que se celebra hoy aniversario es Mickey Mouse. Como se podrán imaginar por algún post anterior, el que escribe es ferviente seguidor de los clásicos Disney y nada más clásico que el roedor más famoso del mundo (con todos mis respetos al ratoncito Pérez, al ratón de Susanita y al ratón de Getaria).

Por premura de tiempo me veo obligado a recurrir a la Wikipedia para contar lo siguiente (el que no quiera cultivarse puede saltar a la parte multimedia):

Mickey Mouse es un personaje de dibujos animados y emblema de la compañía "The Walt Disney Company". Creado en 1928, este antropomórfico ratón tiene un origen disputado. La leyenda oficial explica que fue creado por Walt Disney durante un viaje en tren, y que su nombre inicial fue Mortimer, pero que cambió a Mickey a petición de su esposa, Lillian. Según Bob Thomas, la leyenda del nombre es ficticia, y cita el caso de un personaje llamado Mortimer Mouse, que nació en 1936, tío de Minnie Mouse. La versión más verosímil es que el personaje fue creado por el dibujante Ub Iwerks, a petición de Disney, para compensar la pérdida de los derechos de Oswald, el conejo afortunado, a manos de la Universal. Lo cierto es que Mickey no es más que una variación del personaje de Oswald. A Walt Disney hay que atribuirle tanto la voz del personaje (lo dobló durante 17 años) como la personalidad y el carácter del ratón.

Su cabeza era un círculo con otro círculo a modo de hocico. Su cuerpo era como una pera y tenía una cola larga; sus patas eran tubos y se las metimos en zapatos grandes para darle el aspecto de un chiquillo con el calzado de su padre.

The Walt Disney Company celebra el nacimiento de Mickey el 18 de noviembre de 1928, a raíz del estreno de Steamboat Willie, primer cortometraje sonoro de dibujos animados, y tercera aparición del ratón. Walt Disney prestó su voz al personaje desde 1929 hasta 1946, cuando fue sustituido por el técnico de sonido Jimmy MacDonald. Desde 1983 la voz es de Wayne Allwine. A lo largo de los años Mickey ha aparecido en dibujos animados, tiras cómicas, videojuegos, y se ha convertido en el icono de la compañía Walt Disney.

Como regalo tres clips, el primero sonoro en que apareció el ratón y una de las especialidades Disney por partida doble, introducir los grandes clásicos a través de los dibujos animados: en este caso la obertura de “Guillermo Tell” y “Poeta y Aldeano” de Franz von Suppé, que es la pieza de moda últimamente en nuestro departamento.

Sed felices, si os dejan.




miércoles, 12 de noviembre de 2008

Gloria y honor

Es la una y media de la madrugada y no puedo dormir. Estoy escuchando una y otra vez la retransmisión de Radio Irun y no puedo evitar que se me salten las lágrimas cada vez que oigo cascar la voz al locutor cantando el tercer gol del glorioso, cada vez que vuelvo a repasar mentalmente esa pelota colgada al área y el testarazo poderoso de Eneko Romo, cada vez que recuerdo las lágrimas de Iñaki de Mujika en plena retransmisión sin poder contener la emoción.

Son tantas sensaciones las que me vienen cuando me pongo la misma vieja bufanda que hace 40 años se echaba al cuello mi madre cuando iba al vetusto Gal que se me queda pequeño el teclado. Es la culminación de un sueño que sólo algunos chalados teníamos.

Cuando durante el fin de semana le decía a mi hermano, apenado por no ir al Bernabéu, que estuviese tranquilo porque ya iríamos al Camp Nou se reían de mí por iluso, pero nadie me podía quitar el derecho a soñar, que es de las pocas cosas que sigue siendo gratis, y a tener fe en el milagro, en el remilagro y en el milagro superlativo. Tuvimos milagro –ir al Madrid con opciones-, remilagro –poner hasta por dos veces el marcador a favor- y supermilagro –aparición de la Virgen del Juncal para poner en las botas del centrador el temple justo para colgar el balón y dar alas a Eneko para suspenderse en el aire y con el giro de cuello preciso cabecear al fondo de las mallas-.

Es un momento histórico, como lo fueron los cohetes y los coches haciendo sonar sus cláxones ayer anoche en el centro de Irun, pero es en estos momentos cuando debemos poner los pies en el suelo y pensar que esto no debe ser más que la punta de lanza de un proyecto que se lleva tiempo cociendo y que necesita del respaldo de toda la gente de Irun para que en las frías tardes de invierno el Stadium Gal no presente un aspecto desangelado, para que el club salga fortalecido con la conversión en Sociedad Anónima, para que se pueda mantener el nivel deportivo de esta plantilla y puedan cobrar a tiempo (es de todos sabido que se arrastran problemas de tesorería).

Podría escribir y seguir escribiendo, pero éste es también el momento adecuado para guardarse parte de los recuerdos y de las emociones para uno mismo, para saborearlos y degustarlos. A pesar de eso, esta perla de chovinismo no puede faltar en un día como hoy.

Gora Irun! Aupa Unión!

La gran ciudad de Irun
que no tiene rival
frontones y tinquete y el Stadium Gal
fabrica la Palmera, puente internacional
teatros como el Bellas y como el Principal
el monte San Marcial, el Templo del Juncal,
el velodromo de Gal, Banda Municipal
ya no tenemos envidia a San Sebastian (BIS).
P.S.: Gracias a todos aquellos que con sus felicitaciones, miradas cómplices, llamadas al móvil y mensajes de correo (algunos de gente que tenía perdida hace años) me han hecho recordar que, por un día, Irun es la capital del fútbol de Gipuzkoa, Euskadi y España.

martes, 4 de noviembre de 2008

Gardel para olvidar

No sé si es porque se prestan al canto, por su ritmo o por su temática, el tango-canción me resulta un tema recurrente en los momentos de ánimo decaído. Esos tango tristes, desgarradores algunos, violentos otros, me ayudan a abstraerme de la machacante realidad.

Y dentro del tango existe un estilo único e inimitable que es el de Carlitos Gardel: esa voz fina, bailonga, a punto de quebrarse, con el ruido de fondo cris-cris-cris que denota lo viejo de la grabación. Ha habido muchos cantantes de tango y grandes voces masculinas y femeninas, más graves y más agudas, mucho mejor acompañadas por orquestas y con mejores arreglos, pero cada vez que escucho a Gardel la sensación es única, e incluso, como dicen los porteños, me da la sensación de que cada vez que pongo unos de sus discos canta mejor que en la ocasión anterior.

En estos tiempos oscuros Gardel muestra todo el fulgor de una estrella rutilante alumbra a los cabizbajos y meditabundos. Su sonrisa magnética, imitada como llave para el éxito por generaciones de gobernantes argentinos, bajo el ala del sombrero nos acerca a un estadio superior.

Después de este panegírico dedicando al más grande entre los grande del tango, y para todos los amantes de este género recomiendo se den un garbeo por una página web excepcional donde uno puede encontrarse con casi todo lo habido en este mundo con especial atención sobre nuestro protagonista, www.todotango.com.

Sólo queda despedirnos con un tango horrosamente triste. Sed felices.

Soledad

Yo no quiero que nadie a mí me diga
que de tu dulce vida
vos ya me has arrancado.
Mi corazón una mentira pide
para esperar tu imposible llamado.
Yo no quiero que nadie se imagine
cómo es de amarga y honda mi eterna soledad,
pasan las noches y el minuto muele
la pesadilla de su lento tic-tac.

En la doliente sombra de mi cuarto, al esperar
sus pasos que quizás no volverán,
a veces me parece que ellos detienen su andar
sin atreverse luego a entrar.
Pero no hay nadie y ella no viene,
es un fantasma que crea mi ilusión.
Y que al desvanecerse va dejando su visión,
cenizas en mi corazón.

En la plateada esfera del reloj,
las horas que agonizan se niegan a pasar.
Hay un desfile de extrañas figuras
que me contemplan con burlón mirar.
Es una caravana interminable
que se hunde en el olvido con su mueca espectral,
se va con ella tu boca que era mía,
sólo me queda la angustia de mi mal.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Aterrado

Aprovechando que se está celebrando la Semana del Cine Fantástico y de Terror en San Sebastián hoy vengo a contar la última de miedo que he visto en la pequeña pantalla: se titula "Pesadilla en Pichichi Street" y trata de 40000 almas 'in situ' y miles más en la distancia a los que por una cosa o por otra no hacen más que aparecérseles fantasmas. El fantasma de la inestabilidad institucional, el fantasma del entrenador que no sabe por dónde le pega el aire, el fantasma de una defensa contemplativa, una media a la que le bailan y unos delanteros más romos que un cuchillo capado.

Los asistentes a esta película creen que es todo un mal sueño, que cuando despierten todo volverá a la situación de normalidad que nunca se debió abandonar, pero como en 'I Pagliacci' llega un momento en que resulta imposible saber si lo que está sucediendo es ficción o realidad, si los malos son tan malos o se lo hacen, si esta película tiene algún héroe que venga al rescate o si todos van a acabar muertos (de manera figurada, evidentemente).

Es una de las cosas que nunca he entendido y por eso nunca he sido seguidor del cine de terror: primero, porque pagar por sufrir es de tontos, y segundo porque soy un cagueta y por la noche sueño con todo lo que me pasa por el día. Y sin embargo ¿por qué sido enganchado al Athletic? ¡Ay! Qué herencia me han dejado mis padres.

viernes, 10 de octubre de 2008

El fútbol de Primera vuelve a Gipuzkoa

Pasen y vean... Por segundo año consecutivo, en directo y en exclusiva Gipuzkoa tendrá el privilegio de recibir fútbol de Primera en el histórico Stadium Gal. Allá por donde corrieran los históricos Emery, Regueiro, Gamborena o René Petit en los que tiempos en que sólo Real Madrid y Athletic de Bilbao gozaban de mejor palmarés que el Real Unión, 11 aguerridos jugadores albinegros defenderán el orgullo del glorioso para regocijo de los que ese día se enfunden la bufanda txuribeltz y calienten sus gargantas para entonar al unísono el ¡Aupa Unión!


La única pena que me da es pensar en que con toda certeza el palco se llenará de chupópteros y trincones de medio pelo que ese día se empeñarán en recordar que el Real Únión es un equipo guipuzcoano, cuando durante el resto del año no se acuerdan de nosotros, y que las cabinas radiofónicas se llenarán de juntaletras que no saben tan siquiera si los nuestros juegan con calzón negro o blanco, aquellos a los que no les importa que cuando el Unión actúa de visitante nos las tengamos que ingeniar de cualquier manera para seguir los partidos. Habrá que hacer de tripas corazón.

martes, 23 de septiembre de 2008

Tocan a rebato

Ya está aquí. Tras andar sesteando como las vaquitas entre exámenes, reclamaciones y zarandajas varias, el toque de diana nos pondrá firmes mañana a partir de las 7.45. Un curso más, con algo menos de voz, algo más cansados, puede que incluso peor humorados, con un hormigueo incómodo en el estómago. No se crean que es fácil subir a ese escenario donde puede que algunos se sientan en posición de ordeno y mando, pero al que un servidor al menos le guarda un respeto sagrado.

Como los atletas este agosto en Pekín a la hora del juramento olímpico, es hora de hacer las promesas de rigor: seriedad, trabajo y honradez. ¿Que luego nos llueven más palos que lentejas dan por un duro? Capearemos el temporal.

Que Dios reparta suerte.

P.S.: "Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad". Diego Luis Córdoba

lunes, 15 de septiembre de 2008

Ilusiones por los suelos

El sábado las mirardas de los aficionados ciclistas estaban puestas en un único lugar: la cima de L’Angliru. En lo que a los aficionados vascos se refiere, era casi unánime el deseo de ver en la punta de lanza a ‘Fuji’ Antón. Hay algo en este ciclista que me causa admirarción: teniendo las condiciones como tiene te convertirse en un escalador de grandísimo nivel y con el margen de progresión que le queda, es un corredor que nunca dice una palabra más alta que otra, porque sabe que todavía no se puede permitir esas licencias pese que sea ganador de etapa en Vuelta a España, Vuelta a Suiza y Tour de Romandía (otros con menos recorrido se han creído merecedores de mucho más).

Sin embargo, una vez más, nuestras ilusiones se veían truncadas en el descenso del Cordal, puerto de inefable recuerdo para la afición vasca en cuya cuneta que Abraham Olano se dejase sus aspiraciones y media costilla en la edición de 1999 en una jornada de lluvia donde otros como Escartín vieron sus huesos volar sobre el quitamiedos.

A lo largo de la historia más de un favorito ha visto cómo un percance de estos daba al traste con todas sus esperanzas de victoria e incluso acababa con su vida (¿quién no se acuerda del terrible accidente de Fabio Casartelli en el descenso del Portet d’Aspet en el Tour del 95 o del fallecimiento de Andrei Kivilev en la Pariz-Niza de 2003? Son sólo unos ejemplos de los muchos que nos ha dejado el ciclismo).

Por su significación son dos las caídas que me han marcado en mi trayectoria de tifosso ciclista (la de Ocaña bajando el Col de Mente, en 1971, me pilló un poco joven todavia): la primera es la caída de Marino Lejarreta en el Gran Premio de Primavera de 1992 bajando Autzagane. Oír la noticia en la radio me impresionó pero ver las imágenes de su cuerpo en el asfalto, de ese Junco quebrado dejaron una profunda tristeza en el imaginario de un niño de trece años como yo, para quien Marino era el ciclista más grande. El especial que sacó Ciclismo a Fondo como homenaje a toda su carrera y el libro “Marino Lejarreta: hamalau ahaleginetako poza” de Arritxu Iribar y Ramón Etxezarreta son dos tesoros que conservo como oro en paño.

La segunda caída que tengo grabada a fuego es la de Joseba Beloki en aquella emboscada que preparó el Tour: Col de La Rochette, carretera estrecha, sol de justicia y asfalto derretido, con un Beloki encendido y en actitud amenzante dejando a las claras que los puestos secundarios en el cajón de París ya los conocía y le sabían a poco. Unos fotogramas valen más que mil palabras.



P.S.: Ya sé que me he olvidado de Zulle. Éste se merece un post aparte. Otro día será.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

La ciudad no es para mí (ocho meses después)

Tras las andanzas del aprendiz de Paco Martínez Soria por la capital del Reino allá por enero, la amenaza fantasma se cernía nuevamente sobre la coronilla del ciudadani irunés en forma de reunión programada con premeditación, alevosía y nocturnidad a cuenta de un proyecto europeo.

Pese a que hubo una intentona de enmarronar a un buen amigo para que se atreviese a meterse en un fregado sobre el que ninguno de los dos tenía mucha idea, y que además implicaba unas cuantas intervenciones en inglés delante de un público selecto procedente de diversos rincones europeos, finalmente el destino quiso que hubiese que emprender la marcha el lunes por la mañana.

Lo reconozco. Desde que se confirmó la reunión el nivel de mal humor ha sido directamente proporcional al nudo producido en el estómago cada vez que pensaba en el ridículo espantoso que podía hacer en una reunión de ese calibre. Pero bueno, como el hombre propone y Dios dispone, con ayuda de unos y de otros estamos de vuelta sanos y salvos, y sin visos de enfermar como la última vez. Eso sí, supongo que Shakespeare se habría revuelto en su tumba si hubiese oído la gran demostración de torpeza idiomática de un servdor.

De todo esto mi mayor pena ha sido faltar a dos días un tanto especiales, como son el 8 de septiembre, Alarde de Hondarribia, y el 9 de septiembre festividad de la Virgen de Arantzazu, patrona de Gipuzkoa y por la que siento especial devoción por diversas circunstancias.

De manera clandestina y entre unas y otras radios, algo se pudo escuchar de lo que pasaba en Hondarribia (o de lo que nos quisieron contar dichas emisoras). Mi corazón, mente y espíritu estaba con esos hondarribitarras que abarrotaban las aceras esperando a ver el paso del Alarde, dando fin a 365 días de preparativos con un día que salió espléndido. Un año más, el grito de “La muy noble, muy leal, muy valerosa y muy siempre fiel ciudad de Hondarribia, gora! Gora Ama Guadalupekoa! Gora Hondarribia! Gora Euskal Herria! ¡Batallón, rompan filas! dio carpetazo a una jornada calurosa en lo meteorológico y en lo emotivo. Zorionak, Hondarribia!

P.S.: Como punto final, y para tener un momento de relajación después de tanto trajín, toca recomendar una película. Hoy tengo clara mi recomendación, algo para cantar y bailar, el musical entre los musicales, “Cantando bajo la lluvia”. Y qué otra escena podía elegir salvo aquella en la que Gene Kelly nos da una lección magistral del buen provecho que se puede sacar de un paraguas negro.


martes, 2 de septiembre de 2008

Volver a empezar... mal (o “La apasionante aventura de encontrar tres peores que los nuestros).

Sólo con el título se puede adivinar que toca hablar del Athletic. La verdad es que tampoco hay mucho que decir: muchos dirán que se veía venir después de la marejada de la última semana, otros dirán que el equipo no ha llegado fresco después de tantos partidos y tantas idas y vueltas y que para esto no hacían falta ni preparadores físicos de fuerza ni nutricionistas con potitos mágicos.

Es la eterna historía de pasar del cielo al infierno o viceversa en menos tiempo de lo que tarda un coche de carreras en pasar de 0 a 100 km/h. Lo que es seguro es que estas dos semanas sin fútbol de Primera División se nos van a hacer más largas de lo debido.

Sin ganas de hacer análisis sesudos, hoy mi cuerpo pide por una vez una ración de ventajismo. Es una de los tipos de persona que menos me gusta, la persona ventajista, pero dicen que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón por lo que no haré una penitencia demasiado grande. Después de la desidia con la que Yeste lanzó ayer el penalti que pudo meter al Athletic en el partido es un buen momento para ser ventajista con alguien que gusta de jugar con baraja trucada, de imponer las reglas y de picarse con llevarse el Scatergoris. Habrá que decirle al de Basauri que si hubiera estado Aduriz y si hubiese lanzado el penalti quizás otro gallo nos cantaría.

Por ello, me van a permitir la licencia de hacer una transcripción literal del artículo firmado por Jon Agiriano en El Correo Español el pasado viernes. Pese a que no suela estar de acuerdo con el señor Agiriano en la mayoría de las ocasiones, por una vez y sin que sirva de precedentes, hago mías sus palabras.

Puestos a perder ilusiones año tras año, por lo visto los aficionados del Athletic ya ni siquiera tenemos derecho a la ilusión más básica de cualquier hincha de infantería: la de creer que la temporada venidera va a ser mejor que la anterior, que el equipo va a progresar y el futuro llegará cargado de satisfacciones. Era algo en lo que todos creíamos (o queríamos creer, con nuestra inocencia blindada) hace tan solo unas semanas, pero los últimos acontecimientos han enfriado hasta los ánimos más vigorosamente optimistas.

Lo cierto es que el jarro de agua fría no ha podido ser más desagradable e insospechado. ¿Alguien podía imaginar que, a tan solo tres días para el estreno liguero, íbamos a estar enzarzados en una polémica de consecuencias impredecibles por la venta de un jugador? Pues bien, en esas estamos, incorregibles, tropezando de nuevo con piedras ya conocidas, como si la experiencia de campañas anteriores, cuando comprobamos lo peligrosos que pueden resultar los malos rollos internos, no sirviera de nada. ¿Será que no tenemos remedio?

Reconozco que he llegado a un punto en que no entiendo nada. Desde luego, no alcanzo a entender la venta de Aritz Aduriz, ni que, desde el club, desde una directiva que se está apuntado tantos importantes en su gestión económica y lo último que necesitaba era meterse en este berenjenal, se asuma con una naturalidad pasmosa la pérdida de un jugador tan importante, de un futbolista, el segundo delantero del equipo no lo olvidemos, para el que no existe un recambio de garantías. Ni existe, ni se le espera. Está claro que los errores del pasado no son materia lectiva en esta vieja institución. Desde luego, no aprendemos de ellos. Hace tres años, por estas mismas fechas, los jugadores del Athletic comenzaron la temporada con un convencimiento letal del que no pudieron desembarazarse: habían perdido a Del Horno y a Ezquerro, y sabían que eran objetivamente peores que la campaña anterior. Y ya vimos lo que sucedió. Algunos todavía tienen el nudo en la garganta. Pues bien, este año, salvando las distancias que se quiera, ocurrirá algo similar. Nos faltan Del Horno y Aduriz. El equipo es peor que el del año pasado, de modo que se hace muy cuesta arriba confiar en la progresión por la que todos suspiramos.

Existe ahora, además, un problema añadido. Y es que, por lo visto, no sólo hemos perdido dos futbolistas sino también la sensatez y el respetuoso comedimiento de los que los jugadores del Athletic siempre han hecho gala, en las duras y en las maduras. Pero los tiempos han cambiado. Una barbaridad. Ahora no empatamos con nadie, pero tenemos estrellas de relumbrón como Fran Yeste que sólo hablan con la prensa cuando les viene en gana y que, en vísperas del primer partido de Liga, se permiten lanzar andanadas contra la directiva por un traspaso y contra el cuerpo técnico por su programación de la pretemporada. Vamos, que si no era suficiente con el fuego que estaba ardiendo, ahí tenía que aparecer el crack de Basauri con un bidón de gasolina. ¿Acaso no es como para deprimirse?

lunes, 1 de septiembre de 2008

La familia no recibe

No, no estoy deprimido. Sólo estoy un poco cabreado como un mono. Dejar las vacaciones y empezar con dos exámenes, uno por la mañana y otro por la tarde, no es el mejor plan que a uno se le puede ocurrir, qué quieren que les diga. Por tanto, el lema de hoy es el que titula este post, significando que servidor mantendrá su cortesía habitual en el trato, pero de ahí en adelante poco más. ¿Por qué?

En el rincón rojo (aprovechando que ETB va a emitir el ciclo de Rocky): casa, familia, peliculitas, música, sofa, jaki goxua, ... en definitiva, felicidad.

En el rincón azul: Mondragón (y no voy a particularizar para que nadie proteste por alusiones), en definitiva, Mondragón.

Está claro que el vencedor por K.O. aplastante está en el rincón rojo.

Me he quedado con ganas durante el periodo vacacional de hablar de infinidad de temas: de la Expo de Zaragoza (le deberían cambiar el nombre y ponerle Fitur), de la visita a Huesca, de la Carmen de la Quincena Musical donostiarra, ... pero resumiremos en cuatro momentos.

1. Huesca y alrededores. Un gran anfitrión (en sentido literal y figurado) nos organizó una estancia corta pero intensa donde aprendimos algo sobre el Reino de Aragón, Doña Petronila y sus parientes, visitamos el castillo de Loarre donde Ridley Scott rodó “El reino de los cielos” protagonizada por Orlando Matamoscas y donde me di el gustazo de sonar casi en Dolby Surround, y pudimos saborear la carne asada de la tierra preparada por la santa madre del anfitrión (para haberle aguantado treinta años tiene que ser una santa).


2. Nacedero del Urederra e inmediaciones. Paraje extraordinario a tiro de piedra, donde hasta los más torpes como un servidor, pueden reencontrarse con la naturaleza y la paz.
3. Kantaldi de Benito Lertxundi dentro del Bidasoa Folk Festival. El 23 de agosto en el frontón Beltzenia de Hendaia el bardo oriotarra ofreció una vez más un gran concierto que dejaba una vez más claro que su último trabajo publicado (40 urtez ikasten egonak) era una mala versión de lo que son los directos de Benito. Con sus fallos y sus olvidos (se le fueron un par de letras y metió la pata en otro tema) supo animar durante más de dos horas la velada presentando temas del nuevo disco (alguno de ellos con buena pinta) y entonando un buen número de clásico que el público coreó al unísono: Baldorba, Zegatik utzi kantatzeari, Atarratzeko gazteluko kantua, Jaun Baruak, Zenbat gera, ...



4. Pekín 2008. Han sido unos juegos extraordinarios de principio a fin, con deportistas que han rayado a un nivel increíble y que nos dejan recuerdos imborrables y nombres para la historia como Phelps, Bolt, Bekele y Dibaba, los pistards británicos, ... Una oportunidad única para inyectarse en vena espíritu olímpico. Nos vemos en Londres.

Pero todo esto es historia. Septiembre ha entrado de sopetón, hasta con un punto de mala educación, despertándoso del dulce letargo agosteño. Cómo cantaba José Feliciano:

¿Qué será, qué será, que será?
¿Qué sera de mi vida, qué será?
Si sé mucho o no sé nada
ya mañana se vera,
y será, será lo que será.

martes, 26 de agosto de 2008

Bilbao se esta inundando...

Jamás una canción fue tan premonitoria. Hoy, al volver la página del calendario me ha venido a la memoria una de las páginas más angustiosas que he vivido hasta el día de hoy: las inundaciones que afectaron a Bizkaia, Gipuzkoa y parte de Araba hace exactamente 25 años.

Por circunstancias de la vida, un servidor, inocente criatura de cuatro años y medio, estaba en Bilbao pasando la Aste Nagusia con mi amona en casa de unos familiares en el barrio de La Peña en El Botxo, cuando pasó lo que paso.

Mis recuerdos sobre aquellos días son pocos pero grabados a fuego en la memoria: la falta de luz paliada con velas (desde entonces entiendo por qué en mi casa hay tantas velas en los cajones), la ría manejando los coches como muñecos de trapo, las lágrimas de unos y de otros, ...

Sobran las palabras.

domingo, 17 de agosto de 2008

Qosque tandem TVE abutare patentia nostra?

Ya sé que no soy original al volver a utilizar esta catilinaria que ya a pareció en el blog en algún otro momento, pero no se me ocurría ninguna forma mejor para reflejar el mosqueo que tengo con Telepirulí.

La verdad es que se veía venir. La madrugada del viernes al sábado ya amagaron los programadores del Ente y esta pasada madrugada han confirmado las peores expectativas. Me explico. Dentro de la tan cacareada grandiosa cobertura que está haciendo RTVE de los Juegos Olímpicos, algunos estamos un poquito cansados de tanto diferido (con mentiras incluidas porque a veces dicen dar los eventos en directo) y repetición.

El caso más sangrante ha sucedido quizás con uno de los acontecimientos más relevantes en las últimas décadas en lo que a los Juegos se refiere, el seguimiento de la séptima y octava medallas de oro de Phelps. Sufrimos ya en la madrugada del viernes para ver la séptima: con Paquillo Fernández descartado para las medallas, La 1 continuó con la marcha hasta el final (decisión que respeto pero no comparto) mientras Teledeporte, no accesible para todos los televidentes repetía por nosecuantaava vez el partido del chico del puño (que ya se sabía que en esa repetición también iba a ganar). Por un capricho del destino justo antes de la salida del 100 mariposa conectaron con el Cubo de Agua y justo justo vimos la carrera y una repetición antes de volver a esa emocinantísima repetición.
Con semejantes antecedentes lo de anoche estaba cantado: en Teledeporte unos vídeos absurdos que diría el difunto Paco Umbral y en La 1 la natación con un delay de un cuarto de hora. ¿Es que ninguna mente pensante entiende el concepto de prioridad, de acontecimiento irrepetible?
Pero bueno, no es más que una más que sumar en la lista de cantadas durante estos Juegos: primer tiempo del España-Francia de balonmano con unos cinco minutos de retraso, final de 10.000 metros masculina en diferido, narradora de vela que no sabe sumar (por Dios, ¡cómo se puede ser tan torpe!), el que retransmite el balonmano que es un petardo (Luismi, te echamos de menos), ...
Sintiéndolo mucho, sigo en mis trece. Los españoles tienen mucho que aprender de mis bienamados amigos Dominics. En Internet, cobertura completísima de los juegos incluyendo la difusión de los 12 canales olímpicos que proporciona la Unión Europea de Radiodifusión, y por televisión convencional y haciendo uso de un único canal cobertura con muchísimo gusto y estilo y con interesantes reportajes de un amplio abanico de deportes, con especial atención a los deportes reyes de los juegos. Está claro que todavía van un paso por delante, aunque a más de uno le duela reconocerlo.

miércoles, 13 de agosto de 2008

¡Maldito toque!

La rozó con la yema de los dedos pero al final un toque casi imperceptible para el ojo poco entrenado desplazó al irundarra Ander Elosegui desde la medalla de bronce al cuarto lugar, el primero de los perdedores, la medalla de hojalata. Ander maldijo su infortunio porque sabía que en esos dos segundos de penalización estaba la diferencia entre la alegría por un diploma olímpico o la gloria de tocar chapa a la edad de veinte años.

Sea como fuere el futuro está en sus manos. Lástima que tenga que irse tan lejos para entrenar. Lástima que la Consejería de Medioambiente del Gobierno Vasco encabezada por la señora Larrañaga se tome tantas molestias para evitar la construcción de un canal de aguas bravas en la ciudad y nos toque tanto la moral a los iruneses (debe ser afición por esos lares) paralizando un proyecto que fue concebido hace ya ¡10 años!.

Nos vemos en Londres 2012.

NOTA: Si a alguien le interesa aquí va la información aportada desde la Federación Vasca de Piragüismo en línea con el apoyo mostrado desde el Ayuntamiento de Irun, donde se argumenta y respalda la construcción del Canal de Aguas Bravas de Oxinbiribil (http://www.fvpiraguismo.org/cas/canal_de_aguas_bravas.htm, http://www.irun.org/micros/parques/caste/fut.htm) , así como un artículo aparecido en el diario El País hace diez años (http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/GUIPUZCOA/IRUN_/GUIPUZCOA/Irun/proyecta/construir/canal/aguas/bravas/artificial/elpepuesppvs/19981204elpvas_19/Tes).

lunes, 11 de agosto de 2008

Zuekin... Oskorri taldea!

Cuando treinta y siete años después de salir al tablado por primera vez se es capaz todavía de contentar a un público de edades muy diversas, eso deja a las claras que con momentos de mayor y menor acierto, hay una propuesta que ha calado hondo en el sentir popular. Así es Oskorri, un conjunto en el que sólo sobreviven Natxo de Felipe y Anton Latxa desde sus inicios, y que el viernes pasado recalo en Irun como prolegómeno de la Irungo Euskal Jira 2008 con su espectáculo Banda Band.

Oskorri demuestra que sigue gozando de buena salud y fiel a su inconfundible sonido (que aunque haya variado algo en los últimos tiempo incidiendo un poco más en la percusión, sigue siendo en su base el mismo de siempre) en un recorrido por temas de ayer y de hoy.

Los temas de hoy, siempre convenientemente explicados por medio del verbo fluido de Natxo son bonitos, con letras cuidadas tanto de poetas antiguos como contemporáneos, y las canciones de hace tiempo son las mismas que fueron entonces pero que con un retoque aquí y un arreglo allá vuelven a parecer diferentes. Temas agraciadísimos como Emazurtz (primera canción del primer LP “Gabriel Arestiren oroimenez”), Forjarien kanta, Negu minean o Arin bero se intercalan con pot-pourris humorísticos, canciones para niños y sonidos más serios hasta llegar al ineludible Furra-furra. La mayoría de los números son protagonizados por el líder de la banda, pero, sin embargo, las canciones interpretadas por Antón Latxa tienen un sabor especial: aunque con bastante menos voz que antaño su voz grave pero suficientemente cálida infiere un carácter especial a sus interpretaciones.

Y si algo tiene de especial esta nueva remesa de conciertos es el acompañamiento con banda de música que forma parte del cartel. En eso también Oskorri se desmarca de sus antecesores que acompañados de conjuntos sinfónicos parecían más formales, mientras que ellos prefieren algo que esté más al pie de la calle. La Banda de Irun, que ya les había acompañado el año pasado con ocasión de la Semana Grande donostiarra, cumple de sobra bajo la batuta del enérgico pero a su vez detallista Iñaki Gurrutxaga Azpiazu. No sé como habrán sido los conciertos con bandas de otros lugares, pero a pesar de que la toma de sonido en directo pudiera parecer en algún momento deficiente, me gustó más la interpretación de los temas que en el disco oficial que publicó Oskorri con la Banda de Bilbao. Supongo que se deberá a un pequeño ramalazo de chauvinismo irunés.

En definitiva, muy buen concierto (el único pero podría se la duración del mismo, que es bastante menor a la que nos tiene acostumbrados Oskorri, pero se ciñen estrictamente a las partituras arregladas para banda) con aforo completo cercano al millar de personas (como le gustan al personal los conciertos que son de balde) y ganas de más (yo los he visto cinco veces y espero a que llegue la siguiente).

jueves, 7 de agosto de 2008

Chantons mes chers amis! *

Con un poquito de retraso sobre el horario previsto (como Iberia) toca hacer crónica del fin de curso acontecido en la víspera de San Ignacio en que niños y mayores de Eskola se reunieron alrededor de una mesa. Pero en esta ocasión no pretendo que a los lectores se les haga la boca agua con un listado de los suculentos manjares de los que se dio cuenta en dicho encuentro, ni siquiera cantaré las maravillas de ese templo de la cocina que, gobernado por el ínclito JMZ, cada año nos deja con ganas de más.

Hoy quiero hablar de una de las más antiguas, mayores y mejores costumbre que los vascos de bien han tenido desde tiempo atrás una vez que finaliza la danza estomacal y estamos degustando buenos y variados digestivos. Evidentemente, hablo de cantar alrededor de la mesa. Aquí (“Ni bizi naizen herrian”, como decía la canción de Oskarbi) han cantado las cuadrillas cuando iban de txikiteo (todavía me acuerdo de pequeño cuando alguna vez mi padre me paseaba por los bares de la Plaza Urdanibia de haber escuchado a un puñado de estos singulares personajes en extinción hacer callar a un bar y ponerse a entonar a voces desde la canción más serie y solemne hasta algún verso en tono de humor), han cantado nuestras madres y amonas con la música de la radio o ellas consigo mismas a la hora de preparar la comida o mientras empuñaban la escoba, y fundamentalmente se ha cantado mucho y bien alrededor de la mesa.

Los temas podían ser de lo más variable: populares vascas (no hablo de las compañeras de partido de la recién dimitida María), habaneras y rancheras (que siempre han gozado de cariño por estos lares), bilbainadas y canciones de tasca. Sea lo que fuere se cantaba con gusto y placer para deleite de intérpretes y oyentes.

¿Qué pasa hoy? En los bares no se canta porque hay música puesta a todo trapo y porque la gente no se sabe esas canciones que estaban hechas para cantar a capella o con acompañamiento humilde; no se oye a gente cantando por los pasillos del trabajo o al cocinar; apenas se aprecian unas poquitas voces que intentan empezar a cantar en grandes comidas de empresa o festejos de pelaje similar ante la mirado de asombro y vergüenza ajena de los demás.

¿Qué esperanza nos queda? ¿Tendremos que hacer caso a Jorge Manrique cuando decía aquello de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”? No os preocupéis que yo canto por todos. ¡Que tiemble el vecindario mientras preparo la cena!

*Esta arenga pertenece a la obra “Kanta berri” del maestro Pablo Sorozabal

lunes, 28 de julio de 2008

Si, pero donde estén los clásicos

Hoy toca una de cine animado. Aprovechando el fin de semana más largo de lo habitual he saldado una cuenta que tenía pendiente desde hace tiempo con el cine de animación moderno: Shrek.

Supongo que los que visitan este cajón de sastre ya tendrán vista esta película que pasa por ser referente absoluto dentro de los “dibujos animados” y probablemente la mayoría, al igual que la práctica totalidad de críticos y aficionados, tendrán las cintas del ogro verde en un altar.

La verdad es que tanto Shrek como Shrek 2 están muy bien (no he podido ver la tercera): humor irreverente para adultos, algún personaje extraordinariamente gracioso como Asno, crítica a calzón quitado del pomposo mundo de Disney, referencias cinematográficas a tutiplén, y en definitiva un ritmo que no decae y hace que los aproximadamente 80-85 minutos de cada película pasen ni demasiado deprisa ni demasiado despacio.

Y sin embargo, me falta algo. Quizás es porque como los antiguos sigo concibiendo el cine de dibujos animados como algo para niños o para mayores que recuerdan como fueron niños, y por eso dentro de los tiempos modernos me quedo con “Buscando a Nemo”.

Pero si tenemos que hablar de largometrajes de animación, falta la estrella absoluta, aquélla que nos lleva 70 años atrás: “Blancanieves y los siete enanitos”. (Por favor, dejen de reír a mandíbula batiente).

La película lo tiene todo: dibujos bonitos, temas musicales extraordinarios, una historia sencilla con su punto de misterio (a mí la madre de Blancanieves me sigue dando miedo). Las escenas en que participan los enanitos son memorables: la salida de la mina, el baile con Blancanieves, el paso por el pilón para lavarse antes de cenar, el velatorio del cuerpo de Blancanieves cuando la creen muerta, ... ¿Por qué hay que empeñarse en destruir ese mundo de fantasía si es realmente fantástico?

A los que no la hayan visto: dadle una oportunidad. No la despreciéis porque os parezca algo de otro tiempo. Y si podéis, hacedlo con el doblaje latinoamericano (la última versión en español ibérico pierde encanto).

viernes, 18 de julio de 2008

No hay que llegar primero, pero hay que saber llegar

Parece ser que más de uno y de dos no se han encontrado con el arriero de la canción y que siguen pensando que "saber llegar" sigue manteniendo la coletilla de "saber llegar de cualquier forma y a cualquier precio".


Todos pensábamos que, como decía Bob Dylan, los tiempos estaban cambiando en esto del ciclismo, que el dopaje podía pasar a ser algo residual y que incluso los ciclistas estaban siendo perseguidos dentro de una caza de brujas interminable por parte de las autoridades francesas. Sin embargo, la cruda realidad nos regala un nuevo sopapo a todos aquellos amantes del deporte de las dos ruedas con el agravante de que, como hace diez años, vuelven a salir en tromba nombres de medicamentos y pociones mágicas que nos revelan que sigue existiendo todo un entramado mafioso de venta de sustancias dopantes aquí, allá y acullá.


Es la eterna lucha del ladrón contra el policía, el hacker contra el programador, los descargadores contra la SGAE, el hombre contra el hombre, con el perjuicio añadido de que cada uno de los escándalos supone echar atrás a un buen número de patrocinadores y desprestegiar la imagen de por sí bastante deteriorada de un colectivo que jamás ha sabido a qué jugaba en todo este mundo.


Si querían dar alas a los que se pirran por matar al ciclismo, lo han bordado. No hay más que oír y leer a todos los que no han hecho caso ni al Giro ni al Tour hasta que ha sucedido lo que ha sucedido; a todos los que le han dedicado una portada tras otra y una hora de radio/televisión tras otra durante dos meses al fichaje de cierto astro portugués del balón. La excusa está servida porque el doping en el ciclismo es noticia pero el ciclismo sin dopaje ya no lo es. Ahora correran ríos de tinta y litros de saliva, de los que sólo la milésima parte nos recordarán la hazaña de Fede Etxabe en Alpe d'Huez en 1987 o cómo Indurain dejo clavado a Lemond en la llegada Luz Ardiden 1990 como algo premonitorios de lo que vendría después. Pero eso no le importa ya a nadie.

lunes, 14 de julio de 2008

Un año más sin el Príncipe

Al pasar las hoja del calendario de los frailes de Arantzazu he reparado esta mañana, por si no lo tenía claro, que hoy es 14 de julio, festividad nacional en Francia y doble motivo además para el recuerdo en el país vecino puesto que hoy es también el aniversario de su querido Luis Mariano. Y lo cito de esta manera porque a este lado de los Pirineos para algunos Luis Mariano es un mero fantasma del pasado, para otros es aquél que recuerda Carmen Sevilla de Pascual a Ramos en su programa vespertino de los sábados, y otros simplemente lo desprecian porque no les parece suficientemente vasco o ha salido en demasiadas películas folklóricas de hispano abolengo.

Sea como fuere todavía pervive la legión de seguidores marianistas en Francia y también en Irun, algunos de los cuales, entre los que me incluyo, tararean a menudo sus melodías. Melodías que son de toda clase y condición: aquí han llegado con mayor fuerza las cantadas en español pero si hiciéramos un repaso de la discografía de Luis Mariano veríamos que hizo todo tipo de grabaciones: melodías sudamericanas, versiones de los clásicos de la época (West Side Story, ¿Qué será, será?, Volare, C'est magnifique y I love Paris, dos hits de Cole Porter), canciones de Navidad, napolitanas, algún tema en euskera (Maite, Ezin aztu y Aurtxoa seaskan), ... Por tanto, su trascendencia musical es eminemtemente superior a las archirepetidas cancionetas folklóricas que suelen poner los medios del Reino.

Por ejemplo, no se puede tomar como algo baladí que uno de los más grandes tenores surgidos en la dos últimas decadas, como es Roberto Alagna, haya dedicado uno de esos discos en que los divos se salen de su repertorio, a grabar algunas de las canciones que popularizó Luis Mariano (por cierto, para mi gusto lo ha hecho con fortuna desigual, puesto que son dos voces totalmente distintas y algunos de los nuevos arreglos tienen también tela marinera).

Con todo esto, habrá que poner una pequeña selección que sirva de botón de muestra a la susodicho. La elección no ha sido sencilla, pero por su significación allá van tres fragmentos:

1. Maman, la plus belle du monde. Preciosa canción cantada con voz suave y calida en homenaje a la madre.




2. Mexico. Tema central de la opereta y posterior película "El cantor de México". Pongo la versión francesa porque es de la que he encontrado el vídeo. En la versión castellana la letra cambia un poco pero en ambos casos el dominio de la voz con el falsete en la primera parte y el final a plena voz resultan apoteósicos.




3. Maite. Parece una grabación tardía en algún programa especial dedicado al cantante en TVE. Es por eso que la canta en la versión original del maestro Sorozabal en castellano pese a que la versión grabada en estudio es uno de los temas que dejó grabados en euskara.




Aquí acaba este pequeño homenaje de hoy a este artista que muchos llevan en el corazón y que cerquita de la preciosa casa que mandó construir según su propio diseño, está enterrando en Arcangues (Arrangoitze), en una modesta tumba en la que nunca faltan flores.



Decíamos ayer

Comenzamos en esta noche estrellada que pone fin a la Fête Nationales con aquello que dijo Fray Luis de León tras haber pasado cuatro años en prisión por obra y gracia de la Santa Inquisición, "Decíamos ayer..." (por cierto, que parece que esto es otra de las historietas que se han convertido en mitos consentidos con el paso del tiempo para que culturetas relamidos las empleen en sus foros de expresión).

Y cierto es que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que asomábamos por esta ventanita, y además, la última intervención había tenido un sabor amargo a hiel revenida. Quizás por eso este tiempo prudencial que nos hemos tomado durante el cual hemos emprendido unas cuantas huidas hacia adelante de incierto resultado.

Sea como fuere se han ido estos tres meses con más sombras que luces, y es que al igual que pasa con los toros, últimamente anda mucha alimaña suelta que ni siquiera permite hacer una faena de apaño a los toreros que como servidor, no andan servidos de calidad pero tienen afán.

Lo mejor de estos dos meses ha estado como siempre en el terruño del Bidasoa allá por finales de junio, ahí donde no existen no ya frailes y moscas que decía don Pío, sino que no existen móviles ni hojas de cálculo (aunque casi se me amarguen las fiestas), reuniones ni cargas, ...

Con todo mi cariño a todos aquellos de anchas miras a los que el mundo se les queda pequeño, al humilde servidor de ustedes el traje de Irun le queda mejor que cualquiera hecho a medida por los sastres, no me tira de manga ni de sisa, y el pantalon y la chaqueta resaltan mi esbelta figura. Y ese traje un 30 de junio junto con iruneses amantes de sus tradiciones chiquitas me queda, si cabe, un poquito mejor. No cambiaría esos momentos por nada del mundo: ni el Tu es Petrus de Eslava junto con otros 130 cantores, ni los huevos fritos recién levantado a las cuatro de la mañana, ni la mirada cómplice con mi madre pequeñita ella saliendo de entre la multitud que se ha echado a la calle para intentar hacerme una foto que no salga borrosa, ni la reunión con mi hermano y mi padre en la Iglesia, ni el paso de la bandera de Irun en la ermita del monte a los sones del Himno de San Marcia, ni la bajada de la calle Mayor por la tarde, ni el rompan filas con los pies reventados y el corazón encogido porque hay que esperar todo un año.

Regalo mi parte del mundo. Ya queda menos para el año que viene.

miércoles, 16 de abril de 2008

Payasos

Es labor complicada la de los payasos, hacer a los demás reír cuando quizás ellos están abatidos, tristes, acongojados o simplemente, el día ha amanecido nublado y no desean que nadie en el mundo ría. Sin embargo, el payaso debe seguir riendo, como nos recuerdan el tango y la ópera.

Ríe, Payaso

El payaso con sus muecas y su risa exagerada,
nos invita, camaradas, a gozar del carnaval;
no notáis en esa risa una pena disfrazada,
que su cara almidonada, nos oculta una verdad.

Ven payaso, yo te invito, compañero de tristezas,
ven y siéntate a mi mesa si te quieres embriagar;
que si tu tienes tus penas yo también tengo las mías
y el champagne hace olvidar.

Ríe, tu risa me contagia con la divina magia
de tu gracia sin par.
Bebamos mucho, bebamos porque quiero,
con todo este dinero hacer mi carnaval.

Lloras, payaso buen amigo.
No llores que hay testigos que ignoran tu pesar;
seca tu llanto y ríe con alborozo,
a ver, pronto, ¡che mozo, tráigame más champagne!

Yo, también, como el payaso de la triste carcajada,
tengo el alma destrozada y también quiero olvidar;
embriagarme de placeres en orgías desenfrenadas
con mujeres alquiladas entre música y champagne.

Hace uno año, justamente, era muy de madrugada,
regresaba a mi morada con deseos de descansar;
al llegar vi luz prendida en el cuarto de mi amada...
es mejor no recordar.

I Pagliacci

Recitar! Mentre preso dal delirio
non so più quel che dico e quel che faccio!
Eppure... è d
'uopo... sforzati!
Bah, seti tu forse un uom?
Tu sei Pagliaccio!

Vesti la giubba e la faccia infarina.
La gente paga e rider vuole qua.
E se Arlecchin t
'invola Colombina
ridi, Pagliaccio e ognun applaudirà!
Tramuta in lazzi lo spasmo ed il pianto;
in una smorfia il singhiozzo e
'l dolor...

Ridi, Pagliaccio, sul tuo amore infranto,
ridi del duol che t
'avvelena il cor!


Actuar, cuando tu mente es presa del delirio
No se lo que digo y lo que hago
Y aun así, debes esforzarte.
Bah, … acaso eres un hombre
Tu eres Pagliaccio

Ponte la túnica, y la cara con harina.
La gente paga para reir en ese momento.
Y si Arlequín se lleva a Colombina
Ríe payaso, que todos aplaudirán!
Transforma los espasmos del llanto
en una burla al dolor.

Ríe payaso, sobre tu amor destrozado,
Ríe del dolor que te envenena el corazón.

lunes, 10 de marzo de 2008

Ci vediamo, Pippo

Si les dijera que ha muerto di Stefano todos se apresurarian a acudir a los periódicos porque seguro que en primera plana se daría cuenta del deceso del astro futbolístico, o verían el noticiario de la noche donde sería noticia de cabecera.

No se asusten, parece que a Don Alfredo le queda cuerda para un rato. El que falleció ocupando sólo unos instantes –y no en todos los programas- fue el legendario Giuseppe di Stefano, uno de los grandes tenores del siglo XX. Alcanzó la gloria en vida, aunque fuera de manera efímera, pero de sus méritos podrán leer historias en cualquier foro o página del ramo.

Mi experiencia con Pippo se remonta a la época cada vez más lejana de estudiante donde, mirando la pela, recorría las ferias de discos de ocasión. En una de ellas encontré una colección de CD’s muy barata (realmente barata, creo que eran 10 CDs por 3000 pesetas de la época) ideal para regalar a mi padre, que incluía una selección de los mejores artistas del género. Para qué negarlo, la colección resultaba ser infumable en cuanto a su calidad sonora, pero aún así pude descubrir una voz que me enamoró desde el primer momento: una voz vibrante y cálida con la que me sentía totalmente identificado. Un poco más tarde un doble disco con grabaciones en estudio dio el espaldarazo definitivo a un flechazo que dura hasta hoy.

Evidentemente, no es oro todo lo que reluce y más adelante me enteré de que di Stefano estuvo en lo más alto unos diez años, que probablemente se equivocó en la evolución de su repertorio y malogró uno de los talentos naturales más grandes de la segunda mitad de siglo XX llegando a cascar la voz totalmente (tiene editado un disco precioso de grabaciones históricas en directa donde se sale en todos los cortes salvo en dos de los años 1962 y 1963 donde la voz le falla, los agudos están calados, y prácticamente va persiguiendo a la música durante toda la interpretación), que era perezoso y no acudía a los ensayos con regularidad por lo que le costaba horrores aprenderse ciertos papeles, … Pero todo ello no hace sino elevar a la categoría de mito a un cantante que de por sí tiene lugar reservado en el Olimpo musical.

Algunos pretenden recordarle sólo como el tenor que acompañó a Callas formando probablemente la pareja más celebre de la historia de las grabaciones operísticas, pero algunas opiniones de sus compañeros de profesión nos hacen ver que fue algo más:

“El pudo haber sido el más grande de entre todos nosotros”, Jussi Bjorling (otro grandísimo).
“¡Oh, cómo deberíamos atesorar sus años de oro!”, Giulietta Simionatto (compañera de fatigas y sufridora de los olvidos de Pippo).
“Quiero hacer sentir a la gente lo mismo que sintieron cuando escuchaban a di Stefano”, José Carreras.

Por todo esto y mucho más, permanecerá siempre en nuestra memoria.

Un poco más lejos... un poco más cerca

Se ha generado en torno al Athletic todo un mundo de creencias y supersticiones que hacen temblar a cualquiera los días de partido: que si los días de viento sur no le convienen, que si cuando se tributa algún homenaje o hay cualquier acto antes de comenzar el partido el equipo pierde, que si tal y que si cual, ...

De esta guisa el partido de ayer contra el Valladolid tenía una pinta horrorosa: día ventoso con amenaza de tormenta y chaparrones intermitentes, homenajes varios, visita de Mendilibar, ... Por tanto, pasó lo que tenía que pasar y los primeros minutos tuvieron un ambiente enrarecido y ajeno a San Mamés que suele esperar a levantar el runrún contra el equipo a que éste vaya perdiendo. Sin embargo, el Athletic se saltó el guión haciendo gala, por una vez, de una eficiencia casi desconocida por estos lares y sacando adelante un partido con ciertas dosis de fortuna y oportunismos: todas las circunstancias que habitualmente resultan contrarias ayer se pusieron a favor: gol tempranero, expulsión de un contrario, gol de churro.

Los de la botella medio vacía tienen razones para alzar la voz y protestar por una victoria pírrica y que tardó en llegar (7 minutos de descuento), pero hay veces en que lo más importante es el qué y no el cómo. Generalmente, en el cómo se fijan los perdedores (si no, no había más que escuchar la COPE ayer anoche).

Los de la botella medio llena tenemos que estar preocupados porque sabemos que esta forma de ganar es pan para hoy y hambre para mañana, pero dentro del sufrimiento preferimos quedarnos con lo bueno (Gabilondo redivivo, Llorente asistente además de goleador, puerta a cero) porque si no los lunes se harían muy largos.

El sábado que viene toca viajar a Heliópolis donde otra vez la máquina de los tópicos se pondrá en marcha: la maldición del Athletic con el Betis, ... Vamos a ganar

lunes, 25 de febrero de 2008

La ciudad no es para mí (susedido de un irunés primerizo en temas de altos vuelos)

NOTA: Ésta crónica debería haber sido publicada hace tres semanas. Diversas causas ajenas a mi voluntas lo han hecho imposible.

En muchas ocasiones les he comentado que un servidor es muy aldeano y que tiene muy poquito mundo. Es cierto, y como muestra de ellos aquí va este botón.

Por circunstancias de la vida de las que hablaremos en otro momento he tenido el privilegio de ser elegido para una actividad de formación a desarrollar en Madrid, un curso de VHDLs y FPGAs. Esto no supondría ninguna problema para ninguna persona en el mundo, excepto para aquellas a las que se les dispara la tensión cuando tienen que salir de casa, como es mi caso.

Después de estar bromeando toda la semana sobre cómo sería el viaje, al final el resultado superó ampliamente las expectativas de show. Yo me veía como Paco Martinez Soria en la gran ciudad con un cesto lleno de gallinas en un brazo y un cuadro en el otro (en ese gran clásico del cine que da título a este post y que ha sido tantas veces emitido en “Cine de barrio”), habida cuenta que era mi primer viaje en avión (ya sé que suena a ciencia-ficción, pero supongo que conocerán ustedes a más gente que jamás haya montado en aeroplano).

Primer paso: Ir al aeropueto con antelación. Esto estaba dominado. Las matemáticas las aprobé hace tiempo, me habían dicho que convenía estar una hora antes en el aeropuerto, más otra hora de trayecto en coche y media de margen de maniobra, madrugón sobre las tres de la mañana para coger el vuelo de las 6.45. Pues bien, con tanto comentario de la jugada el día anterior, en algún momento se cruzaron los cable y pasé a pensar que el vuelo era a las 7.45, por lo que media hora escasa antes de despegar estaba tranquilamente en el parking del aeropuerto escuchando las noticias.

De repente... se hilo la luz. ¡Coño! ¡Si hace media hora que tenía que haber estado en la terminal! Con el corazón en un puño aprieto el paso y entro por la puerta de salidas del aeropuerto. Llevo imprimido el resguardo de reserva del billete y veo que tengo que ir a la puerta tres. Y cuando llego a la cola para pasar por el detector de metales un señor trajeado me dice cuando ve mi papelote impreso:

-Eso no me vale
-¿No?- Le enseño el DNI (6.20 de la mañana, 25 minutos para el despegue)
-Me tiene usted que traer la tarjeta de embarque.
-¿Endevé?
-La tarjeta de embarque.
-¿Y eso dónde lo dan? (Me recuerda a la señora del Fibergran y el herbolario).
-Va usted a cualquier ventanilla de Iberia y la pide.

6.22. Con el corazón desbocado y rozando la desesperación, el avezado viajero se dirige a uno de los mostradores de Iberia (menos mal que me pasó en Bilbao y no en un aeropuerto más grande).
-Buenos días
-Buenos días
-Vengo a por la tarjeta de embarque- digo con un chisguete de voz, a lo que la señora, malencarada donde las haya, responde:
-Viene usted muy tarde (póngase voz de señora cabreada).

¡Eso ya lo sé yo también! A trancas y barrancas consigo que ese dechado de amabilidad que tiene Iberia por dependienta me dé la dichosa tarjeta de embarque.

Tras un Padrenuestro y dos Avemarías salimos rumbo a la tierra del chotis. A partir de ahí todo va miel sobre hojuelas. Dos horas atascado en un taxi en la M-40. Llego una hora tarde al curso. En la vuelta al hotel me tiro más de una hora en el Cercanías de Renfe. Estrés, sofocos, ... Gorroto!

Total, que a mi vuelta a Loiu estuve a punto de besar el suelo como hace el Papa.

Estoy vigilando un examen con la cabeza como un bombo, fiebre que noto cada vez está más alta, toses y moquillo como los perros. Y eso que sólo estuve dos días. La semana que viene que tengo que estar tres, ¿qué más me puede pasar?

Respuesta: más de una semana de baja con fiebre interminable e infección de garganta. Eli, Eli, lema sabachthani.

martes, 22 de enero de 2008

Leones en la niebla

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra dos veces. El autor de semejante cita no conocía a los jugadores del Athletic, que son capaces no ya de tropezar dos sino hasta setenta veces siete en las piedras de la contemplación, la incompetencia y la sinsustancia (perdón por el palabro).

Apenas cuatro días después de reavivar la llama de la esperanza y atrapados en la niebla, nuestros leones son capaces de deambular por el prado cual zombis de película de terror de serie B. Y claro, dentro de esta película de terror de chichinabo hay artistas principales, como los que van de listos intentando provocar una expulsión y acaban chocando frente con frente con el rival, que es más listo que el hambre, y es quien fuerza la expulsión del cazador que una vez más resulta cazado y despedido al grito de “¡Tonto, tonto!”.

Es lo que pasa cuando una juega a la picardía, que al igual que en el lejano Oeste, siempre hay alguien más rápido y más listo, y en este caso la mayoría son más rápidos y más listos que los nuestros.

Lo peor de todo es que no existe propósito de enmienda, que es harto probable que una de éstas se vuelva a repetir en un corto periodo de tiempo con el mismo protagonista, o con otro. Y el entrenador sigue pulsando en una máquina que echa borrones de tinta uno tras otro y apenas alcanza a escribir dos palabras sin que se tuerza el renglón.

¿Y en Santander? Ganar y volver.

jueves, 10 de enero de 2008

Patochada

Una de las sensaciones más futboleras que puede haber es la de ir a San Mamés un miércoles de Copa. Parece que nada va a suceder en una tarde invernal de miércoles y, de repente, los vomitorios empiezan a escupir hinchas que llegan con la esperanza de reverdecer laureles y recuperar tardes de gloria.

Y de repente... la cruda realidad. A cinco minutos para comenzar el partido, un campo casi centenario asiste con bochorno a un borrón impropio de un club serio: los operarios del campo están repintando las antiguas líneas de banda devolviendo al terreno de juego sus dimensiones habituales que había perdido instantes antes por mor de una argucia del entrenador.

No entraré a discutir si es legal o no, y no me vale como excusa la que apuntaba Caparrós en la rueda de prensa tras el partido: “Otros equipos no riegan el césped cinco desde cinco días antes de la visita del Athletic y dejan crecer la hierba”. Suena a excusa de niño pequeño.

Todo esto me recuerda a las que montaba Napoleón de Tarifa, hombre dado al capricho y bufón de la corte al que se le rieron las gracias mientras todo iba bien: los kleenex de Antic en la rueda de prensa, supersticiones varias como que perder el primer partido le daba suerte, ...

Caparrós tiene que aprender que todavía no tiene el crédito suficiente para andar con semejantes patochadas.

Por cierto, otro triste empate que dejó en evidencia todas las carencias del equipo. Pero bueno... mientras hay vida hay esperanza y habrá que ver si la montaña olímpica hace reavivar la tenue llama que casi no nos alumbra por los senderos pedregosos por los que nos movemos desde hace tiempo.

lunes, 7 de enero de 2008

Vuelta la burra al trigo

Cuenta la anécdota que Alfredo Di Stefano, en un día de entrenamiento y visiblemente enfadado, dijo a uno de sus guardametas: “Bien está que no me pare usted las que van dentro, pero no me meta también las que van fuera”. Algo similar podría haber dicho ayer Caparrós a Fernando Llorente, viendo las ocasiones que desperdició y maldiciendo la desgraciada jugada en que un balón, que no se sabe si iba dentro, acabó en la portería del Athletic tras rebotar en el rostro del ariete rojiblanco.

Una vez más - no se sabe cuántas van ya- y apelando a fecha tan señalada los jugadores del Athletic se vistieron de Reyes Magos, y repartieron regalos: tres puntos para los seguidores del Racing y paladas de carbón para los suyos. Los que apelan a la seguridad defensiva, y perdónenme la socarronería, dirán que, a diferencia del año pasado, el equipo encajó un único gol en lugar de cinco.

El resto estamos con el tembleque mirando la clasificación, viendo que el equipo no ve puerta y que algunos otros están empezando a apretar. En cuatro partidos hemos pasado de ser el primero a ser el último en el pelotón de los torpes, y una vez más, lo único que nos libra de estar en puestos de descenso es que, por el momento, hay tres peores.

Yo ya he recuperado sensaciones de años anteriores y tengo preparado el traje de batalla para cantar cada gol que metamos de churro y las victorias conseguidas en el último segundo, pero ya se sabe que quien anda con fuego se acaba quemando, y las chispas de la hoguera caen cada vez más cerca.

Y el miércoles, Copa.

sábado, 5 de enero de 2008

Haur eder baten bila gabiltza zoratzen

Son las diez de la noche y en casa reina el silencio. Hace un rato hemos puesto los zapatos recién limpiados delante del Belén al que los Magos de Oriente se han ido acercando poco a poco durante toda la Navidad.

Oigo ruidos, cuchicheos, risitas. Se abre una puerta, se oye el inconfundible cris-cras del papel de regalo. Es la noche más mágica del año, una de las dos noches en que más me cuesta conciliar el sueño. No tengo la más remota idea de lo que me van a traer. Sólo he pedido una cosa material: el último disco de Mikel Laboa, que hay que pagarle la jubilación al buen hombre.

Por la mañana se desvelará el misterio. El conjunto ordenado de paquetes envueltos con esmero y cariño dará lugar a un revuelto en el que se mezclarán ropajes, colonias, alguna que otra sorpresa y que, por un momento, nos devolverá a los recuerdos de cuando éramos criaturas inocentes.

Estiraré el momento y abriré el último, no porque me crea especial, sino por disfrutar con cada uno de los regalos de los demás y para estirar un poco una Navidad espléndida, llena de cantos, comidas, risas y juegos de cartas. Cuando abra el último paquete y coma el último trozo de Rosco de Reyes se habrá acabado de verdad. Será hora de cambiar de disco en el coche, de meter en el cajón de la ropa que sólo se saca una vez al año la txapela y las abarcas y de mirar al calendario todo lo que nos queda para llegar al año que viene.

Felices Reyes

miércoles, 2 de enero de 2008

Prosit Neujahr!

Éste es el grito que dedican los profesores de la Wiener Philharmoniker (Orquesta Filarmónica de Viena) desde hace mucho las mañanas de cada primero de año desde la sala dorada del Musikverein de Viena.

Se trata del concierto de música clásica más visto en el mundo, probablemente el único que verán muchas personas a lo largo del año como comentaba hoy Pérez Arteaga en televisión. Es un concierto especial, distinto, y su concepción también lo fue. Para empezar, el primer concierto de Año Nuevo se celebro el 31 de diciembre de 1939 y ni tan siquiera fue calificado de tal manera sino como “Concierto Especial”. Se trató de una oportunidad única con doble motivo: honrar a uno de los músicos vienes con más solera como era Johann Strauss hijo y segundo, y de manera sutil, reivindicar la esencia nétamente austríaca de la orquesta y el país poco tiempo después de que Austria hubiera sido anexionada a la Alemania de Hitler.

Bajo la batuta de Clemens Krauss, auténtico artífice de esta tradición, comenzó este concierto que al principio no incluía las dos obras que hoy en día se interpretan como las dos últimas propinas: “El Bello Danubio azul” y la “Marcha Radetzky”. El concierto ha permitido mantener en el imaginario popular estampas de la Austria más romántica, en gran medida, gracias a la labor desarrollada ininterrumpidamente durante 25 años en la dirección de la orquesta por Willy Boskovsky.

A partir de los años 80, dejando a un lado el romanticismo y centrándose en el aspecto pecuniario, la batuta la han llevado de manera alterna directores de la talla de Lorin Maazel, Herbert von Karajan (en una única ocasión poco antes de su muerte), Carlos Kleiber, Riccardo Muti o Zubin Mehta. A pesar de que se vea demasiado envuelto por el mercantilismo, resulta siempre placentero escuchar las músicas de la familia Strauss y compañía y regalarle a la vista el magnífico espectáculo brindado por una realización televisiva espectacular que sabe en cada instante qué parte de la orquesta debe enfocar.

Personalmente, para los que se quieran inicar en los valses, marchas y polkas, me parecen de visionado obligado los conciertos de 1987 con HvK, 1989 y 1992 con Kleiber, especialmente estos dos últimos.

Por tanto, como se ha oído este mediodía sólo me resta decir:

Die Wiener Philharmoniker und ich wunschen Ihnen: Prosit Neujahr!