jueves, 21 de junio de 2007

Cambalache

Hoy tengo alma de tango, de esos tangos desgarrados que hablan de desamores, desencuentros, desventuras y desencantos (todo positivo). Lo de la pasión por el tango me viene al parecer de mi aitona, al que no llegué a conocer, pero cuyo recuerdo hizo llegar hasta mí unos vinilos rayados donde la voz de Carlitos Gardel se imponía a todos los ruidos de fondo que sacaba un viejo tocadiscos.

Conozco pocos tangos alegres, la mayoría son nostálgicos e incluso violentos, y en días en los que uno está cansado son la mejor medicina y lo que mejor se adecúa a los que gustamos de cantar en cualquier esquina.

Algunos de los tangos más famosos lanzan mensajes desoladores:

-“Verás que todo es mentira, verás que nada es amor, que al mundo nada le importa, ¡Yira!... ¡Yira! Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor, no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor”.

-“Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también. Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos... Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador” (Cambalache).

Podríamos seguir así toda la noche, pero no es plan. Lo mejor de todo es que después del desahogo que supone cantar, uno ve las cosas de otra manera y piensa como Scarlett O’Hara: “Mañana será otro día”.

P.S.: Buf, hoy no sé que película recomendar. Una con un poco de intriga para variar y que es otro clásico entre los clásicos: “Charada”. Audrey Hepburn (estupendísima como en la mayoría de las cosas que hizo: Sabrina, Desayuno con diamantes, My fair lady, Dos en la carretera) y Cary Grant (en el Olimpo de los actores) rodeados de secundarios de lujo como el entrañable Walter Matthau (metido en otro estilo de papeles a los protagonizados con su pareja cinematográfica Jack Lemmon), entre otros.

lunes, 18 de junio de 2007

Nenikekamen*

*En griego antiguo: “Hemos vencido”. Es la expresión atribuida al moribundo soldado Filípides cuando dio cuenta de la victoria en la batalla de Maratón, justo antes de caer muerto exhausto por el esfuerzo que le supuso la carrera. Esperemos correr mejor suerte que el soldado.

Todavía se me encoge el corazón de pensarlo. De ver lo cerquita que ha estado el abismo. De pensar qué habría pasado si, ante nuestra manifiesta incapacidad para marcar, el gol en propia meta, que tantos cabreos nos ha traíso esta temporada, no se llega a conseguir. De imaginar que Celta y Betis podían haberse puesto en ventaja antes que el Athletic llevando a la esquizofrenia colectiva en La Catedral.

Pero no pasó. Y no nos queda más que dar gracias a aquello en lo que cada uno crea. Porque, llegados a este punto, ha sido una cara o cruz. Muchos días salió cruz, pero hubo otras jornada en las que la moneda, tambaleante, cayó de nuestro lado; una serie de agonías que al final sirven para esbozar una tímida sonrisa. Tímida, porque no debemos sacar pecho de lo hecho, por lo menos no deben hacerlo los jugadores.

18:48. San Mamés abronca a su equipo. Cualquiera diría que se ha consumado el descenso, que la próxima edición del Campeonato Nacional de Liga será distinta porque uno de los tres equipos que no ha conocido otra cosa que la máxima categoría ha sucumbido.

No es así, la gente silba porque le duele el alma después de dos temporadas en las que ha conocido más penas y sinsabores que en los 107 años anteriores, porque ha visto que un equipo hecho y en fase de consolidación ha pasado a ser uno de los peores equipos de la Liga gracias a los disparates de unos y otros.

El pueblo ha hablado y hablará en las elecciones del mes que viene. Dura labor tiene los candidatos para enderezar el rumbo de la nave rojiblanca, que ya no es gabarra como antaño, sino una chipironera con más agujeros que un queso gruyère.

P.S. Sin que suene a demagogia barata, porque los que me conocen saben de mis gustos y disgustos futbolísticos, en un día como hoy mi corazón está al lado de los que sienten sus colores y lloran por ellos.