martes, 9 de junio de 2009

Un pasito más (a.k.a. Con el corazón en un puño)

Qué forma de sufrir. Han pasado tres días desde el partido contra el Sabadell y todavía se me entrecorta la respiración cuando pienso en el drama que estuvimos a punto de vivir en el Stadium una vez más (y van...).

Y es que el partido volvió a ser revuelto, como la climatología, como esas faenas en las que uno no sabe si tiene que salir a torear a los medios a lucirse o quedarse protegido cerca de las tablas, si torear por naturales sobrios a la vez que elegantes o tirarse a la floritura más arficiosa que otra cosa.

Es la naturaleza de las eliminatorias a doble partido con marcador exiguo, y como tal el Real Unión afrontó el partido de cara e hizo méritos de sobra en la primera parte para irse con ventaja holgada, pero marcó en la jugada menos clara de todos y recibió un gol tras un rechace en la frontal del área, lo que nos dejaba sin holguras y con cierta sensación de apretura a la altura de la garganta.

Con esta situación y los precedentes históricos la agonía en la segunda mitad estaba asegurada, y ¡vaya si hubo agonía! El Sabadell habla de robo. Sinceramente, no he visto las jugadas repetidas, pero el árbitro pudo haber sancionado penalti y el linier pudo pensar que el balón había entrado. Sin embargo, por una vez, la fortuna no fue esquiva, y aunque fuera contando incluso con argucias a las que no estamos acostumbrados por estos lares (guardar el balón en la grada, retardar los saques a balón parado, ...) se pasó. Como decía el Sabio de Hortaleza, había que pasar “por lo civil o por lo criminal”. Como el torero acongojado ante el toro revoltoso, a éste se le dio matarile con un bajonazo antiestético y trapero, pero efectivo.

A ver si nos desquitamos con el segundo del lote.

P.S.: En una conversación informal mis queridos alumnos de Telecomunicaciones, me atribuían ciertos gustos musicales, y la verdad es que acertaron en muchas de las cosas. Por ejemplo, en mi gusto por la música de rancheras, corridos y mariachis. Y ya que hemos hablado de la fortuna, vamos con una canción conocida por muchos como “La ruleta” (por cierto, temazo que ha triunfado en más de una comida y boda ¿eh, Nerea?). Dedicado a mucha gente.


Fallaste corazón

Y tú que te creías
el rey de todo el mundo;
y tú que nunca fuiste
capaz de perdonar
y cruel y despiadado
de todo te reías,
hoy imploras cariño
aunque sea por piedad.
Adónde está tu orgullo,
adónde está el coraje,
por qué hoy que estás vencido
mendigas caridad.
Ya ves que no es lo mismo
amar que ser amado,
hoy que estas acabado
¡qué lástima me das!

Maldito corazón
me alegro que ahora sufras,
que llores y te humilles
ante este gran amor.
La vida es la ruleta
en que apostamos todos
y a ti te había tocado
nomás la de ganar,
pero hoy tu buena suerte
la espalda te ha volteado.
Fallaste corazón
no vuelvas a apostar.