miércoles, 12 de septiembre de 2007

¡Curso a la vistaaaaaaaaa!

Exámenes corregidos a falta de un par de flecos por concretar, toca ponerse en marcha para el curso que viene, que viene y que ya ha llegado. El lunes debut y, por tanto, es hora de adquirir los compromisos y formular las buenas intenciones para los próximos diez meses.

Supongo que, tratándose del tercer año, habrá que empezar a hacer las cosas mejor (¡qué optimismo!): por muy torpes que seamos algo habremos aprendido de los errores del pasado. De momento, creo que he venido bastante tranquilo y sosegado, pero supongo que será cuestión de tiempo que me ponga a vociferar. Me gustaría bajar el volumen a la hora de dar clase, porque tan importante como formar ingenieros es no dejarlos sordos antes de empezar su vida profesional, pero no prometo nada.

Debería abandonar también los chistes malos (malísimos) que se me escapan en cualquier momento, y debería dejar de canturrear en todas las esquinas, pero igual son demasiadas cosas para un mismo curso, por lo que además de aburrir, intentaremos introducir alguna nota cultural (¿sabíais que los descubridores del efecto transistor recibieron el Premio Nobel de Física en 1956 por su fenomenal hallazgo? Sé de más de uno que colgaría del palo más alto al que invento los FET, que son la quintaesencia de la maldad electrónica).

Que Dios reparta suerte.

Palabrotas y burocracia

Entender un contrato de trabajo me ha parecido siempre una cosa tremenda. Hace unos días en una reunión asistí al mayor desparrame dialéctico de toda mi vida sobre esos temas. En un infinitesimal de tiempo pasaron ante mis ojos palabros como base imputable, líquido, devengo, EPSV, ... ¡Madre del amor hermoso! Pero bueno, todo sea por una buena causa.

A los dos días tuve otro de esos momentazos que nos regala la vida, que es pasar por una oficina de la Administración Pública. Me sentí como Asterix a la hora de superar “las doce pruebas”.

Ventanilla de Información: Buenos días, ¿qué desea?
Servidor de Vds: Me encuentro en esta situación y vengo a hacer los trámite tal y cual.
V: Muy bien. Debe usted pasar primero por el mostrador de desempleo, luego por el de prestaciones y luego por el de capitalización. Para cada uno de ellos debe coger un ticket diferente y esperar su turno.

Cada mostrador una aventura, en uno te das cuenta de que saben hasta si te levantas apoyando primero el pie izquierdo o en el derecho, en otro te hacen rellenar un papel igual a otro que ya llevar cumplimentado, en otro el funcionario de turno te habla en inglés a ratos y canturrea (odio la gente que canturrea cuando trabaja), una te mira con cara de que le debes dinero, ... ¡HORROR!

Como diría el hombre que susurraba a las placas: ¿Por qué es todo tan complicado?