sábado, 31 de enero de 2009

Juventud, divino tesoro ¡ya te vas para no volver! (o la historia de un cumpleaños feliz)

Pues sí, como lo leen. El que suscribe acaba de cumplir 30 años y, en confianza, ha sido un día donde casi todo ha ido a pedir de boca. Como según dicen algunos con muy mala leche jamás fui niño, sino que nací con el porte y seriedad que me caracterizan, no me parecen tantos los 30, más cuando uno siempre ha aparentado alguno más bien sea por el gesto adusto, por su elegante vestir, por la música que escucha o, por qué negarlo, la decadencia capilar.

Aún así, cumplir los 30 tiene sus inconvenientes, como tener que calcular las denominadas “Cuenta joven” de las diferentes cajas de ahorro. Pero bueno, nos quedaremos con todo lo positivo como es echar la vista atrás y recordar que desde un principio el morrosko que pasó de los cuatro kilos vino dando guerra, porque venía de culo (de nalgas, que dicen los eufemísticos), y tuvo que ser extraído por la fuerza (es decir, que en vez de Javier me podía haber llamado Cesáreo).

Nos quedaremos también con el ritual que se repite en cada celebración doméstica de canto, regalos, pastel y velas, donde la amona a pesar de todos sus pesares, sigue llevando la voz cantante; sin olvidar tampoco todas las llamadas de felicitación de los que sufren a diario con mi socarronería y anotaciones sobre lo que me rodea (¿qué culpa tengo yo si existen dos formas de hacer las cosas: 1) mal 2) a mi manera?).
Y por último, no puedo olvidarme de un regalo que me ha hecho especial ilusión: un tocadiscos que está llamado a reverdecer laureles de los viejos discos donde esta mañana, después de muchos años, han vuelto a sonar Enrique Celaya, Los Contrapuntos, Lourdes Iriondo, Carlos Mejía Godoy y los de Palagüina, o el grandísimo disco de Funtzioa. Espero tener la oportunidad de ir desempolvando en este rincón algunos tesoros. De momento, para sanmarciales, prometo sacar a Don Teodoro Múrua y su Banda Municipal con su gran interpretación de la música de fiestas.
Así fue el día y así se lo hemos comentado. Que cumplamos muchos más.
Javier Oyarzun Goyalde
30 años de irunés
P.S.: Si alguno de los lectores tiene vinilos viejos de esos que me gustan a mí (cantos vascongados, mexicanos, etc etc, ya saben dónde encontrarme).
P.S.: El último regalo ha sido el partidazo de los leones. Pero bueno, esos tienen conmigo una deuda muy grande que espero empezar a cobrarme a partir del miércoles. Amén.