martes, 5 de mayo de 2009

Hace 25 años. Dentro de 8 días

5 de mayo de 1984, Bilbao, ocho y media de la mañana. Un R-18 coge carretera y manta rumbo a Madrid. 4 adultos en el coche. Por cada una de las ventanillas traseras asoman sendas banderolas: una bicrucífera y tricolor, otra rojiblanca. Desde la ventana saluda un niño de cinco años, regordete, gafoso, que sólo es consciente a medias de lo que está sucediendo, y al que le ha tocado quedarse con su amona, unos parientes y un perro que lucirá zamarra rojiblanca a los pocos minutos.

Es el principio de una historia que, en contra de lo que reza la habanera Ecos de San Mamés, nos ha dado más pie al llanto que al gozo. Hoy hace 25 años que el Athletic se proclamó por última vez Campeón de Copa. La entrada de esa final está guardada como oro en paño en un cajón, junto con sus historias y sus recuerdos, muestra del último momento glorioso de la historia rojiblanca que tiene ocasión de reeditarse el próximo miércoles. 25 años, de los cuáles servidor lleva 23 pegado a una radio domingo tras domingo.

Han pasado Clemente, Iribar, Kendall, Rojo, Sáez, Aranguren, Heynckes, Stepanovic, Luis Fernández, Sarriugarte, Mendilibar, Mané y Caparrós durante una travesía del desierto interminable. Pero, como otros miles de chiflados hemos permanecido fieles a nuestros principios, renegando de modas pasajeras e influencias cercanas. Es la herencia de nuestros padres y por eso, el miércoles no encontraré mejor sitio para sufrir ante el Barcelona sideral que con los que pegaron este fiebre futbolera, que no mata, pero poco le falta.

Se han echado a perder generaciones de futbolistas que merecieron mejor fin que el conseguido: Garitano, Urrutia, Mendiguren , Andrinua, Guerrero, … inmersos en un túnel en el que la luz no brillaba al fondo, mientras los niños lucían en los patios de colegio camisetas de Laudrup, Zidane o Ronaldinho. Pero, como otros miles de chiflados, sabemos que el dorso de nuestra camiseta da igual el nombre que aparezca siempre que sea roja y blanca.

Por eso, y por mucho más, el miércoles que viene toda una generación de athleticzales tiene que poder respirar tranquila con la seguridad de que uno de sus objetivos vitales se ha cumplido.

Ecos de San Mamés
Eres mi bella pasión,
Athletic de mis amores,
mil veces con ilusión
y otras menos con dolores.
Pero siempre siempre,
siempre te querré,
porque eres abuelo,
rey del balompié.
Fuiste de mis padres,
dentro estásde mí,
alirón Athletic,alirón por ti.