lunes, 16 de julio de 2007

Cuando Mayo mayea... algunos están en Babia

Cuando el príncipe de Arratia baila sobre la bicicleta es como ver a Fred Astaire en sus buenos tiempos: Mayo es el bailarín y el papel de Ginger Rogers lo cubre a la perfección su máquina.

Filias y fobias que pueda tener cada uno con los distintos ciclistas aparte, ayer volvimos a vivir un espectáculo tremendo en esas montañas alpinas que hace cuarenta años sufrieron el tremendo desfallecimiento y posterior muerte de Tom Simpson (ver P.D.). Por mucho que a algunos comentaristas se les llenase la boca hablando de Valverde, los que movieron la carreran de verdad fueron Moreau y Mayo, además de Contador al que, un desafortunado pinchazo, privó de ocupar posiciones más punteras.

Fue una lástima que el grupo de líderes no se decidiera a tirar conjuntamente para ampliar rentas, porque podían haber distanciado más a gente como Sastre, Kloden, Vinokourov, ... Había demasiado gallo en el corral para nada bueno y eso benefició a los rezagados. Aunque es pronto para sacar conclusiones, las cartas comienzan a ponerse sobre la mesa y habrá que ver si los que ayer perdieron tiempo son capaces de darle la vuelta a la tortilla.

Confío tanto en Mayo como en Haimar, y tengo esperanzas de que el usurbildarra y Gárate vayan poco a poco hacia arriba. Son corredores diesel, de fondo, y el Tour tiene preparado para ellos una bonita última semana.

Habrá que permanecer atentos a la pantalla; por favor, no molesten a la hora de la siesta que es sagrada.

La recomendación de hoy es periodística. En este tiempo de fiestas hipertelevisadas y en el que una serie de juntaletras quiere hacer pasar al periodismo serio y riguroso a mejor vida (empezando por el periodismo deportivo, que confunde divertir con desinformar), da gusto leer a plumas versadas en temas tan diversos como ciclismo. Dos de esas plumas las podéis leer en El Diario Vasco y Marca, Benito Urraburu y Josu Garai, que cuando tienen que hablar de ciclismo hablan de ciclismo, y cuando tienen que hacerlo sobre lo que rodea al ciclismo, también lo hacen. Dos periodistas que dedican al Tour, a los ciclistas y al ciclismo, el espacio y la dignidad que merecen.

P.D.: No fue en el Aubisque, como escribe Bernardo Atxaga, sino en el Mont Ventoux, en el monte pelado Gigante de la Provenza, donde el ciclista inglés vencedor del Campeonato del Mundo disputado dos años antes en San Sebastián perdió la vida gracias a la ayuda de los unos y los otros, de las anfetaminas y el alcohol.

P.D. (y2): Perdón por la ‘laroussada con patas’.