jueves, 27 de octubre de 2011

Annuntio vobis gaudium magnum...

Habemus inductionem.

Aunque a alguien le pueda parecer que me he vuelto loco, no se equivoquen, venía así de serie. Empleo la fórmula habitual que el cardenal protodiácono acostumbra a usar para anunciar la elección de un nuevo Sumo Pontífice tras haberse consumado la fumata blanca, porque he acogido la renovación de mi inducción estropeada como noticia gozosa.

Para un servidor, que no es un cocinero excelso ni mucho menos, pero sí que acostumbra a usar el calor de la cocina todos los días para sus pequeños placeres y momentos de relajación (preparar una tortilla, unas croquetas, una crema pastelera, ...) estar una semana sin poder hacer algo decente para cenar es motivo de cabreo.

Realmente, llegar después de una jornada dura y ponerse a preparar la cena lasai-lasai, es una alegría (aunque algunos lo ven como un castigo). Esas patatatas que se van haciendo poco a poco, con su cebolleta, chup-chup-chup, ese vuelta y vuelta una vez incorporados los huevos, esos efluvios que invaden mi cocina de dos azulejos cuadrados, ... no tienen precio. O esa bechamel que se prepara con cariño, y se da vueltas y vueltas con la varilla sabiendo que el premio van a ser unas croquetas de las de verdad (nada de porquerías congeladas). Sinceramente, a mí me cambia el humor.

Porque la cocina es cariño, sobre todo cuando se da de comer a amigos y familia. Esos es lo que nos han enseñado nuestras amatxos y amonas y es algo que hay que conservar como un tesoro preciadísimo. Por tanto, en honor a todas ellas hoy, para variar, tres clips nostálgicos y míticos de los que se pueden cantar mientras se remueve la cazuela con un cucharón:

1. Antonio Molina (el de ¡Soy minero!) interpretando "Cocinero, cocinero"


2. Un clásico de uno de los primeros programas de cocina que recuerdo, si no es el primero. "Con las manos en la masa" de Elena Santonja en un tema de Vainica Doble y nada más y nada menos que Joaquín Sabina (cuando aún tenía voz). ¡Quién no ha cantado esto alguna vez!


3. Un clásico por excelencia cuyo origen mucha gente desconoce: "El menú" de Karl Zöllner, a la que puso letra en castellano Miguel Arregui para que fuera interpretada por la Coral del Ensanche de Bilbao y posteriormente por Los Xey (que eran cinco, cantaban cuatro pero cobraban como veinte) allá por los 40. Actualmente es más conocida por la versión que hicieron Golden Apple Quartet pero respetaremos el original de ese gran grupo vasco.



On egin!