jueves, 12 de julio de 2007

Bonjour, le Tour!

Hoy es día de saludar con alegría al Tour de Francia, un saludo que se repite anualmente pero al que hay gente que parece no querer sumarse. Atrás quedaron los gloriosos días del Roi Migüel que decían los franceses, días en los que corrían ríos de tinta en los periódicos y la competición ocupaba horas y horas en radios y televisiones, provocando auténticas guerras mediáticas buscando ganarse el favor del gigante de Villava.

Hoy el Tour sigue siendo tan grande como eran entonces y el ciclismo es un deporte tan apasionante como antaño, por lo menos tanto como pueda ser ver a un asturianito (o intuirle, porque va debajo de un casco) dar una vuelta tras otra sin que pase nada emocionante, por mucho que el calvo de la lotería nos quiera vender humo.

Entonces, ¿por qué este bajón en el seguimiento del Tour? Respuesta fácil, el dopaje. Una falsedad como la copa de un pino. Mi respuesta: en este país o Estado o llámenle equis, a la gente no le gusta el deporte sino la gloria patria. El tenis hace un tiempo no lo veía ni la que se pone la minifalda para ir a los toros: Sampras, Agassi, ... no jugaban ni a tabas. Ahora con el chico este que está todo el día sacando el puño (en una actitud que antes se recriminaba a Hewitt) el tenis es un deporte maravilloso. Falta cultura del deporte.

Se dicen muchas cosas de los franceses, negativas la mayoría de ellas, y hay que reconocer que a chovinistas no les gana ni el mismísimo Chauvin, pero algún mérito habrá que concederles y con el Tour lo tienen. Han pasado de ocupar el Olimpo del ciclismo con corredores como Anquetil, Thevenet, Hinault o Fignon, a llevar 22 años sin un ganador francés y casi veinte años sin asomarse a la victoria final. Y a pesar de ello, la televisión pública francesa y, en general, todos los medios de comunicación, se vuelcan año tras año en su carrera (igual igual que Televisión Española hace dos años con la Vuelta a España, que daba sólo la media hora final), esa carrera que es patrimonio del Francia y de los que seguimos el ciclismo.

Por tanto, con las cartas sobre la mesa, sólo queda disfrutar (a pesar de que mi equipo de Tropela vaya un poco mal) y soñar con vivir un Tour apasionante, y a ser posible, del que no saquen tajada los buitres carroñeros.

P.S. Ya que otros blogs se dedican a citar a sus amigos escritores, yo lo hará con Bernanrdo Atxaga. Aquí va un pasaje de un poema suyo (al que Ruper Ordorika y Mikel Laboa, cada uno por su lado, pusieron música) que contiene un error histórico relacionado con el tema de hoy.

Esaidan, zoriontsuak al zarete mugaz bestaldeko biztanleak?
ez al duzue karramarroekin ametsikegiten? eta ume itsuekin?
Tom Simpson ziklistarekin akordatzen al zarete inoiz?
nola asfisiatu zen Aubisque mendian gora,
nolabere elastikoak axedrez taula apurtu bat zirudien
karreteraren harri txintxarretan?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes razón en parte de lo que dices, pero los gustos por el deporte van por rachas, y friquis deportivos como tú, desgraciadamente hay pocos.
Yo lo soy, pero claro, algo menos.
Eso sí, discrepo en una cosa.
Los franceses llevan más de 20 años sin ganar el Tour, los mismos que llevan poniendo en duda a los campeones que lo han conseguido: Lemond, Perico, Induráin, Amstrong y Pereiro. ¿Cuanta mierda han publicao sobre ellos? ¿O eso no es informar del Tour?
También te recuerdo que en alguna ocasión han estado a punto de no dejar correr a tu equipo para meter a un equipo de amigos de nacionalidad... ¡francesa!
Así que amar el Tour sí, pero ojito con las formas que por suerte, en este País/estado o lo que sea, todavía no se han puesto en duda, salvo en un caso que tú y yo sufrimos.
Salud profesor.

Anónimo dijo...

Etzen Aubisque