domingo, 19 de agosto de 2007

Una noche en la ópera: ¡Qué grande es el Cine!

Hoy es uno de esos días señalados en la efeméride cinematográfica puesto que se cumplen 30 años del fallecimiento de Groucho Marx. Como ocurriera entonces, y a pesar de la relevancia del personaje, los medios de comunicación se han acordado discretamente de la fecha a diferencia de lo sucedido con el aniversario de la muerte de Elvis Presley. El 19 de agosto de 1977 Estados Unidos y parte del extranjero seguía todavía conmocionado por la pérdida del rey del rock y la muerte de Groucho pasó de puntillas.

No vamos a hablar aquí de la biografía del hombre del falso bigote y el andar vacilón, puesto que está todo dicho y quien quiera podrá encontrar suficientes referencias. Simplemente una recomendación: acérquense a la filmografía de los Marx y al mundo que los rodeó, historias tan increíbles (algunas de ellos incluso inventadas por el propio Groucho) como las de los hermanos sólo podían dar lugar a películas como las que hicieron.

Algunos, los que sólo saben beber de las exquisitas fuentes del humor y el cine en toda su pureza, todavía los seguirán despreciando y dirán que eso no es cine; puede que así sea, que sus películas sólo sean una excusa para la verborrea e irreverencia de Groucho, la picaresca de Chico y el humor físico de Harpo (a quien el propio Buster Keaton ayudó a preparar alguno de sus gags); que sea humor de vodevil (al fin y al cabo, las acciones y chistes que tan espontáneos parecían en las películas habían circulado previamente por todo el país para ser moldeados y mejorados en función de la respuesta del público de los teatros.

Da igual. Las películas de los hermanos Marx ocupan un lugar en el imaginario popular y cada vez que se visionan se puede descubrir algo nuevo. Si os da miedo el blanco y negro o pensáis que los números musicales están de sobra en la película, puede que tengáis razón, pero eso no debe ser óbice ni cortapisa para darles una oportunidad.

Y para empezar por algún lado, nada mejor que “Una noche en la ópera”, película con no menos de media docena de escenas cómicas memorables y que la mayoría conoceréis:
-La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.
-La escena del camarote.
-...

Además la película es recomendable por partida doble, ya que además de la parte de la risa, incluye grandes escenas de la ópera “Il trovatore” de Verdi. Disfrutadla, y si puede ser, hacedlo en versión original, porque algunos de los números cómicos pierden al ser doblados al castellano.

P.D.: Por supuesto, no podría de faltar una de las innumerables citas que nos dejó Julius: “En las fiestas no te sientes jamás; puede sentarse a tu lado alguien que no te guste”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Ahí le has dao! Menos mal que todavía quedamos algunos de la antigua escuela. ¡Viva los Marx y viva sobre todo Groucho! Yo soy más de la cita de "Nunca asistiría a una fiesta a la que invitaran a gente como yo". Y me lo aplico a mí mismo. ;-)

Por cierto, yo mismo fui partícipe de una escena similar a la del camarote, pero en un tren nocturno que iba de San Petersburgo a Moscú, y eso que sólo íbamos 3 en una cabina de 4.

No sé que dirá Sanmi de la puesta en escena de "Loz Cuentoz de Jozzman", pero si tú dices que fue flojita, me lo creo. De todas formas, a la propia ópera le salva la música. Yo, personalmente, no tengo muy buen recuerdo del libreto y no sé si se puede salvar con una buena puesta en escena.

Me parece muy bien que la siguiente vayas a la ópera con impertinentes. Yo me apunto el primero. Un abrazo.