lunes, 10 de marzo de 2008

Un poco más lejos... un poco más cerca

Se ha generado en torno al Athletic todo un mundo de creencias y supersticiones que hacen temblar a cualquiera los días de partido: que si los días de viento sur no le convienen, que si cuando se tributa algún homenaje o hay cualquier acto antes de comenzar el partido el equipo pierde, que si tal y que si cual, ...

De esta guisa el partido de ayer contra el Valladolid tenía una pinta horrorosa: día ventoso con amenaza de tormenta y chaparrones intermitentes, homenajes varios, visita de Mendilibar, ... Por tanto, pasó lo que tenía que pasar y los primeros minutos tuvieron un ambiente enrarecido y ajeno a San Mamés que suele esperar a levantar el runrún contra el equipo a que éste vaya perdiendo. Sin embargo, el Athletic se saltó el guión haciendo gala, por una vez, de una eficiencia casi desconocida por estos lares y sacando adelante un partido con ciertas dosis de fortuna y oportunismos: todas las circunstancias que habitualmente resultan contrarias ayer se pusieron a favor: gol tempranero, expulsión de un contrario, gol de churro.

Los de la botella medio vacía tienen razones para alzar la voz y protestar por una victoria pírrica y que tardó en llegar (7 minutos de descuento), pero hay veces en que lo más importante es el qué y no el cómo. Generalmente, en el cómo se fijan los perdedores (si no, no había más que escuchar la COPE ayer anoche).

Los de la botella medio llena tenemos que estar preocupados porque sabemos que esta forma de ganar es pan para hoy y hambre para mañana, pero dentro del sufrimiento preferimos quedarnos con lo bueno (Gabilondo redivivo, Llorente asistente además de goleador, puerta a cero) porque si no los lunes se harían muy largos.

El sábado que viene toca viajar a Heliópolis donde otra vez la máquina de los tópicos se pondrá en marcha: la maldición del Athletic con el Betis, ... Vamos a ganar

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