23 años

Dice el tango de Gardel que "veinte años no es nada". Pues parece que veintitrés si lo son. Hoy hace 23 años el Athletic Club se proclamaba campeón de Copa y desde entonces pocas noches alegres nos han deparado los leones.

Entonces, un equipo entregado formado por una generación de jugadores que supo congeniar bajo las órdenes del "rubio de Barakaldo" consolidaba la supremacía del fútbol vasco, que había sido capaz de acaparar los últimos cuatro títulos ligueros.

El pueblo se rendía a los pies de los rojiblancos y la Gabarra, que desde entonces no ha pisado el agua y a la que la roña amenaza cual buitre carroñero, surcaba las turbias aguas de la ría.

En estos 23 años han pasado muchas cosas, liberalización del mercado de jugadores, conversiones en sociedades anónimas, etc. Todo ello sitúa al Athletic en posición de desventaja, cierto es, pero ¿cómo puede ser que eso no me preocupe?

No me quita el sueño bajar a segunda por intentar ser fiel a los principios. Sí me lo quita la desunión y los intereses creados por intentar hacerse un hueco en la segunda poltrona más importante de Bilbao, intereses personales, económicos y cómo no, también políticos. Me preocupa que, al igual que la Gabarra, estemos acechados por buitres que están deseando que el Athletic, y lo que representa, se enfangue en discusiones que sólo a los de fuera interesan. Me preocupa que la gente haya perdido la fe y la esperanza, o mejor dicho, que entre unos y otros, hayan descorazonado al Athletic.

Sin embargo, en un momento tan transcendental como el que vivimos todo esto debe pasar a una segundo plano. Está claro que deportivamente vamos justitos y que el panorama no es nada halagüeño, pero no nos queda otra que tener fe y mañana a las cinco de la tarde ponerlos los auriculares para sufrir. Mañana ganaremos. Aupa Athletic!