Exámenes corregidos a falta de un par de flecos por concretar, toca ponerse en marcha para el curso que viene, que viene y que ya ha llegado. El lunes debut y, por tanto, es hora de adquirir los compromisos y formular las buenas intenciones para los próximos diez meses.
Supongo que, tratándose del tercer año, habrá que empezar a hacer las cosas mejor (¡qué optimismo!): por muy torpes que seamos algo habremos aprendido de los errores del pasado. De momento, creo que he venido bastante tranquilo y sosegado, pero supongo que será cuestión de tiempo que me ponga a vociferar. Me gustaría bajar el volumen a la hora de dar clase, porque tan importante como formar ingenieros es no dejarlos sordos antes de empezar su vida profesional, pero no prometo nada.
Debería abandonar también los chistes malos (malísimos) que se me escapan en cualquier momento, y debería dejar de canturrear en todas las esquinas, pero igual son demasiadas cosas para un mismo curso, por lo que además de aburrir, intentaremos introducir alguna nota cultural (¿sabíais que los descubridores del efecto transistor recibieron el Premio Nobel de Física en 1956 por su fenomenal hallazgo? Sé de más de uno que colgaría del palo más alto al que invento los FET, que son la quintaesencia de la maldad electrónica).
Que Dios reparta suerte.
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2 comentarios:
Ve por partes. ¡Demasiados buenos propósitos pueden ser malos! Y no dejes de canturrear, que no hace daño a nadie.
Lo de los chistes, quizá sea buena idea ;-))
Los alumnos se aburriran mucho sin tus chistes malos y no tendrian que comentar a la hora del café.
Lo de canturrear seguro que has sido culpable o colaborador de mas de uno de los dias de lluvia de este verano.
Ondo ibili ta suerte kursuegaz
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