lunes, 7 de enero de 2008

Vuelta la burra al trigo

Cuenta la anécdota que Alfredo Di Stefano, en un día de entrenamiento y visiblemente enfadado, dijo a uno de sus guardametas: “Bien está que no me pare usted las que van dentro, pero no me meta también las que van fuera”. Algo similar podría haber dicho ayer Caparrós a Fernando Llorente, viendo las ocasiones que desperdició y maldiciendo la desgraciada jugada en que un balón, que no se sabe si iba dentro, acabó en la portería del Athletic tras rebotar en el rostro del ariete rojiblanco.

Una vez más - no se sabe cuántas van ya- y apelando a fecha tan señalada los jugadores del Athletic se vistieron de Reyes Magos, y repartieron regalos: tres puntos para los seguidores del Racing y paladas de carbón para los suyos. Los que apelan a la seguridad defensiva, y perdónenme la socarronería, dirán que, a diferencia del año pasado, el equipo encajó un único gol en lugar de cinco.

El resto estamos con el tembleque mirando la clasificación, viendo que el equipo no ve puerta y que algunos otros están empezando a apretar. En cuatro partidos hemos pasado de ser el primero a ser el último en el pelotón de los torpes, y una vez más, lo único que nos libra de estar en puestos de descenso es que, por el momento, hay tres peores.

Yo ya he recuperado sensaciones de años anteriores y tengo preparado el traje de batalla para cantar cada gol que metamos de churro y las victorias conseguidas en el último segundo, pero ya se sabe que quien anda con fuego se acaba quemando, y las chispas de la hoguera caen cada vez más cerca.

Y el miércoles, Copa.

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